La Felicidad y otras yerbas aromáticas

Estoy plenamente convencida que vinimos a este mundo a ser felices.  Sin embargo, lo que debería ser algo natural y perfecto, lo convertimos en una incansable búsqueda de satisfacciones a las cuales usualmente le damos el nombre de Felicidad.

La familia, los amigos, la sociedad, la religión, la pareja… todos van aportando su cuota de necesidad de satisfacción y, concordamos en completar esta lista para ser felices.

Así, vamos creando un mundo de carencias, porque obviamente no es posible tenerlo todo, y también  de infelicidad porque  no está permitido ser feliz hasta no completar la lista, y cuando por fin parece que hemos conseguido muchas de estas satisfacciones, comenzamos a cuestionarnos si, realmente era eso lo que queríamos, y reiniciamos la busqueda.

Para mi la vida no es un vacío que hay que llenar, y aunque también ando en búsqueda de mis satisfacciones porque no escapo de la matriz de realidad acordada, comprendo que eso no es lo que me hace feliz.

La felicidad tiene una expresión anímica, entendiendo por ello, lo que viene del alma. Es capaz de hacernos sentir bien, satisfechos y en paz en todo momento, simplemente porque sabemos que es lo correcto para nosotros, aunque no tenga porqué serlo para los demás, y no necesitamos buscarlo, porque ya está ahí, ni competir por ello, porque ya es nuestro.

Cada quien sabe que le da esa sensación de dicha interna y considero que es muy fácil experimentarla porque no requiere esfuerzo de ningún tipo.

Si puede cerrar los ojos y tener una imagen, un sentimiento, una sensación que llene su alma de alegría, paz y emoción, entonces usted encontró su felicidad. Disfrútela!.

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