Quita las excusas de tu vocabulario… Literalmente!

Tomado del Libro La Sabiduría de Todos los Tiempos de W Dyer
Tomado del Libro La Sabiduría de Todos los Tiempos de W Dyer

En el libro ¨La Sabiduría de Todos los Tiempos¨  de Wayne Dyer, hay un capítulo llamado ¨Individualidad¨ que inicia con un poema de e.e. cummings.

El poema describe una historia en la cual Dios revisa el féretro donde yace lo que debería ser un difunto de nombre Effie,  y en el lugar de una vida que pueda evaluar sólo encuentra 6 migas llamadas: puedo (a modo de permiso), podría, debería, pudiera, haría y debo. Estas palabras conformaron la existencia de Effie, una existencia vacía y, por tanto al fallecer, Dios solo pudo encontrar las migas de una vida que no fue tal.

Cuántas veces no utilizamos estas mismas palabras para justificar, procastinar, o dejar de hacer aquello que, de otra manera aportaría una existencia más plena, sin lugar a duda llena de errores, pero también de historía y legado.

¿Se pueden imaginar ustedes contándoles a sus nietos, descendientes o al mundo las historias de su vida, lo que atravesaron, los errores que cometieron, cómo superaron los obstáculos y retos?, ¿Se imaginan la credibilidad, la confianza que pueden desarrollar con estas vivencias, el orgullo personal y la satisfacción de saber que la experiencia de la que hablan es real, se hizo, se vivió?

Si el día de hoy tuvieran que escribir su biografía para la posteridad, ¿qué escribirían?, ¿qué historías van a mostrar a Dios, al Universo cuando ya no estén en este plano?, ¿hasta que punto esas historias tienen que ver con decisiones personales y cuáles han sido ¨promovidas¨  por la vida o el destino? ¿creen, que al igual que Neruda, pudieran decir con certeza y propiedad ¨Confieso que he vivido¨?

Entonces, ¿Qué les parece si conscientemente dejamos de usar este tiempo verbal, si ya no empleamos verbos como tratar, deber, si eliminamos los pudiera, quisiera, podría, y, por supuesto todas sus combinaciones tipo: yo lo haría si supiera, yo podría haber comprado eso,  o yo hubiese estudiado eso, o debería haberme casado o aceptado esa persona?,  no lo sé, pero al menos como ejercicio me parece sumamente interesante.

Cambiar la forma como hablamos, cambia la forma como pensamos y, por ende, nuestras redes neuronales. Si vivimos en el presente, entonces actuemos en el presente. El pasado que sea historia (¡y una buena!), el futuro está ahí para escribirlo, pero eso se hace desde el presente.

Me llama la atención que el idioma japonés no usa un tiempo futuro, por lo que todo lo que expresan lo hacen en presente o pasado.  Quien sabe y esa sea una de las claves por la cual este país ha logrado crecer  a pesar de las dificiles circunstancias que han vivido.

Lo cierto es que, vivir en la queja, en la duda, en lo que pudo haber sido y no fue, en lo que debió ser, o en lo que debería ser, es garantía de vivir con migas y merecemos mucho más que eso. ¿No lo creen?